martes, 29 de marzo de 2016

Una bonita historia...


Cierto día, una profesora pidió a sus alumnos que pusieran los nombres de sus compañeros de clase en una hoja de papel, dejando un espacio entre nombre y nombre.

Después, les pidió que pensaran en la cosa más valiosa que pudieran decir de cada uno de sus compañeros, y que lo escribieran debajo de su nombre. Empleó el resto de la clase para la tarea encomendada. A medida que los alumnos dejaban el aula, entregaban a la maestra la hoja de papel.

Durante el fin de semana, la profesora escribió el nombre de cada uno de sus alumnos en hojas de papel separadas y copió en ella todas las cosas valiosas que cada uno de sus compañeros había escrito acerca de él.

El lunes, entregó a cada alumno su lista. Casi inmediatamente, toda la clase estaba sonriendo.

"¿Es verdad?", dijo uno casi en un susurro.
"Yo nunca supe que podía significar algo para alguien" o "Yo no sabía que mis compañeros me querían tanto" eran los comentarios que se podían escuchar.

Nadie volvió a mencionar aquellos papeles en clase. La profesora nunca supo si comentaron su contenido con alguno de sus compañeros o con sus padres, pero eso no era lo importante. El ejercicio había cumplido su propósito: los alumnos estuvieron felices consigo mismo y con sus compañeros.

Aquél grupo de alumnos siguió adelante con su vida y progresó.

Varios años más tarde, uno de los estudiantes murió en Vietnam, y la profesora asistió al funeral. No había visto antes a un soldado en su ataúd militar.

Su cuerpo, inerte, era hermoso y recio. De hombre. Sus amigos llenaban la iglesia. Uno a uno, aquellos que tanto lo apreciaban caminaron silenciosamente para despedirlo.

La profesora fue la última en acercarse al ataúd. Mientras estaba allí, uno de los soldado que actuaba como guardia de honor, se acercó a ella y le preguntó:

"¿Era usted la profesora de Música de Marcos?". Ella balbuceó "Sí". Entonces él dijo "Marcos hablaba mucho acerca de usted".

Después del funeral, la mayoría de los ex-compañeros de Marcos fueron juntos a una merienda.

Allí estaban también los padres de Marcos, deseando hablar con su profesora.

"Queríamos mostrarle algo", dijo el padre, sacando del bolsillo una cartera.

"Lo encontraron en la ropa de Marcos cuando murió. Pensamos que tal vez usted lo reconocería".

Abriendo la billetera, sacó cuidadosamente dos pedazos de papel gastados y arreglados con cinta y que se veía que había sido abierto y cerrado muchas veces.

La profesora supo al primer vistazo que se trataba de la hoja en la que ella había registrado todas las cosas valiosas que los compañeros de Marcos habían escrito acerca de él.

"Gracias por haber hecho esto" dijo la madre de Marcos. "Como puede ver, Marcos lo guardaba como un tesoro".

Todos los ex compañeros de Marcos comenzaron a juntarse alrededor. Carlos sonrió y dijo tímidamente "Yo todavía tengo mi lista. La tengo en el cajón de mi escritorio".

La esposa de Felipe dijo "Felipe me pidió que pusiera el suyo en el álbum de casamiento". Marilyn dijo "Yo tengo el mío también. está en mi diario".

Entonces, Victoria, otra de sus compañeras, metió la mano en su cartera y casó una billetera. Mostró al grupo su gastada y arrugada lista. "Yo la llevo conmigo todo el tiempo. 

"Y creo que todos hemos conservado nuestras listas".

En ese momento, la profesora se sentó y lloró. Lloró por Marcos y por todos sus compañeros, que no lo volverían a ver.


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